Tú
sin rendir cuentas a nadie
vienes,
vas,
puedes quedarte en el mar
y nadie echarte de menos
o estar a mi lado y yo,
sentir un vacío tan grande.
Puedes volar bien alto
y no caer en la vida,
si lo haces
sé que no pensaras en mi;
noche tras noche
agobiada en soledad
abstraída en mi ignorancia
dejaré caer el agua
y pudrirse las rosas,
que el polvo
cubra mis entrañas,
viviré mi vida sin ganas.
Apenas conozco las abejas
y por su miel muero,
dicen que es dulce
a veces amarga,
la avaricia mató a la reina,
las demás cambiaron de bando.
Llovía,
el otoño llegaba;
tirantes,
recordaban viejos tiempos,
para que recordar
pudiendo tenerte cerca
y vivir a tu lado.
Sueños de cama
de noche amarga.
Melancolía,
tristeza,
¿alegría?
digo: “ que muero
“ ¿por qué no puedo ser lo que quiero?
Nadie te prohíbe ser lo que quieres.

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