¡Es hora de escribir!

Sí, ya se, ya se que es hora de escribir, pero.....................pero que haces cuando no puedes escribir aquello que tanto deseas dejar marcado con rotulador en lo blanco de la hoja, cuando por lo resquebrajado de tu mente brotan tus ideas semejando aquella herida que dividió cientos de familias, aquella herida que dejo insensible a la humanidad aquella herida que perimite dejar al aire volando mil pájaros sin cabeza.
No puedo, no puedo por mas que lo intento, no puedo evadirme de todo,ni tampoco apenas lo considero, no puedo perderme en la nada, ni aislarme en mi propio infinito,donde las aguas ya no son azules, el mar es indefenso, las estrellas se ven dia y noche; allí cuando me place se nubla, y cuando quiero el sol brilla mas radiante que nunca, si quiero llorar la lluvia golpea contra mi ventana y al reír los árboles me aplauden.
De vez en cuando en ese mundo infinito me siento realmente sola, y me intento rodear de brazos ajenos, pero estoy sola, nadie se acerca a mi puerta a llamar, ni dibuja mi sonrisa en un papel, en esos momentos me siento en un pequeño banco del parque más próximo y comienzo a fantasear, me imagino en la calle mas lejana rodeada de gente por todos los lados y me siento tan indiferente que sonrío sin despegar mis labios, alguna vez me imaginé en un parque veía como los niños jugaban a las combas y bajaban por el tobogán y entonces me entristeci, echaba de menos todo aquello.
Creo que una vez tuve una bonita infancia, aunque quizás tan solo lo imaginé. Paseaba por las calles de un pueblo con una extraña mujer de cara familiar y sonrisa complaciente, recuerdo era navidad, y las calles se iluminaban a mi paso, había pequeñas lucecitas parpadeantes por todos lados, si hubiese encendido un fósforo no habría destacado entre tanto fulgor; lo mas lindo era el escaparate de la pastelería lleno de pequeñas figuritas de chocolate, pasteles de fresa y nata, también había de chocolate, bombones y caramelos de todos los colores, sabores y tamaños; ojalá pudiera sentir entre mi boca aquel caramelo de palo sabor a fresa, ojalá pudiera regresar a aquel instante, y abrazar a aquella desconocida cuyos ojos impacientes me preguntaban ¿por qué?
¿por qué?
Cuantas veces en esta interna soledad de mi infinito grité en silencio y sin parpadear ¿porqué? Esperaba una tímida respuesta y sin embargo no había sonido alguno de contestación, ni siquiera mi eco se atrevía a susurrarme una respuesta absurda. ¿porqué? ¿porqué qué? porque nada.
Nada me resuelve en la ignorancia, nada me es tan complaciente a veces, ¿en que piensas? en nada................y de repente un silencio oscuro y estremecedor se apropia de mi, y no me muevo por miedo a romperlo. Y de repente una lágrima, "pequeña soledad", "pequeño infinito".
"Déjame irme", "dejame escapar de todo", "dejame sentir el placer de estar en soledad rodeada de tanta gente, y después cuando mi mente no pueda más, cuando haya recorrido todo y me parezca pura ignorancia aquello que damos tanto sentido, sólo entonces vuelve y rescatame de mi pesadilla"