(noche estrellada)

Y la espera se hace eterna, y me pierdo en los resquicios de las teclas del
computador, y me resguardo de la nostalgia escondiéndome detrás de tu
mirada, ausentándome de su acecho, aislándome en mis pensamientos, esperando
como niña chica tu llegada. Y me celo de las estrellas, que pueden verte
cada noche, observarte mientras duermes, mientras ríes; y aprovecho cada
instante a tu lado para mostrarles la verdad, eres tú, sí, el que ellas
observan cada noche tumbado en su cama, pero hoy estas en mis brazos, hoy yo
solo puedo dirigirte cogido de la mano, y por esa noche no podrán besar tu
piel, ni acariciar tu cara, tampoco despeinar tu pelo al son de los ruidos
nocturnos, esa noche yo estaré ocupando su lugar para hacerlo. Entonces se
celaran, y quizás mañana ya no quieran despeinarte, o lo hagan ricamente
para volver a celarme, pero me es totalmente indiferente, yo ayer te tuve
entre mis brazos, y estoy segura de que lo volveré a hacer pronto, no se
cuando pero pronto; y ellas se celaran aún mas, se darán cuenta de que en
mis brazos tu risa suena mas alegre, y tus ojos brillan, y yo te guiñaré el
ojo, y te besaré, haciéndolas rabiar fuertemente.
Ya se porque no se asoman en las noches en las que estás a mi lado, la
envidia de tenerte entre mis brazos las corroe, y se esconden no queriendo
ver así la dulzura de tus manos al rozarme la cara, al tocarme el pelo, la
alegría de mi mirada al besarte.
Ayer se asomaron , solamente querían cerciorarse de que la luna si nos da su
consentimiento, de que ella si nos alumbra para poder intercambiar nuestro
amor entre tímidos gestos.